*El aspecto psicológico, se basa en ese desequilibrio emocional que puede producir el hecho de entablar conversación con personas fallecidas, donde habitualmente se entremezclan esos sentimientos contradictorios de hablar con personas o parientes que ya no existen. Esto puede crear una adicción de carácter psicológico, por esas ansias de querer saber cómo está el pariente difunto, si la vida es mejor allí que el plano físico, si me queda mucho tiempo para encontrarse con ese supuesto espíritu, etc. Esto puede desembocar en diferentes patologías tales como histeria, ansiedad y diferentes trastornos psicóticos sobre todo en el periodo adolescente y puede desembocar en suicidios u otros cuadros cercanos a la autolisis. *A nivel parasicológico y siempre según expertos en el juego. Profesionales serios del mundo del esoterismo y médiums prestigiosos hablan de que cuando se realiza una sesión, si no se sabe discriminar la invocación de los espíritus, se corre el riesgo de que entren entes de los llamados “bajos astrales”. Estos están compuestos de espíritus que en vida fueron malas personas y no supieron ni quisieron evolucionar, personas egoístas, asesinos, etc. Al parecer si el juego se enfoca mal, estos supuestos entes que habitan los “bajos astrales”, pueden poseerte, pegarse a las personas que han participado y no han sabido cerrar correctamente esa supuesta “puerta” a otras dimensiones, mundos donde habitan estos entes y pueden llevar al suicidio, la mala suerte, accidentes, enfermedades y todo tipo de desgracias. Al final la vida de los que han participado cambia en un concepto negativo y de destrucción. He comentado a grandes rasgos la “ouija” y su historia. No hay mucho mas que explicar porque los conceptos que deseo que queden claros para la gente joven y no tan joven, pero igualmente inexperta, que juegan con lo desconocido, es una clara advertencia hay otras maneras de divertirse y otros juegos que no conllevan los riegos que tiene abrir una puerta a lo desconocido. Este es mi consejo cuidado, aunque cada uno es libre de arriesgarse.